PARO DE DOCENTES 2017
El paro de docentes finalizo con una mesa de concentración donde los docentes
colocaron sobre la mesa una serie de peticiones tales como; mejoramiento en los
salarios, garantía en el acceso a la salud, mejoramiento en la calidad de
estudio de los niños, calidad en alimentación si se implementa la jornada
única, entre otras. Mas allá de evaluar lo que ya todo el mundo conoce, (los
maestros luchando en las calles por el aumento de sus salarios) he de enfocarme
en las implicaciones que tiene la reproducción de un sistema mal diseñado,
donde los primeros y más afectados son los niños. Antes que nada, he de decir
que el mayor problema sobre la conceptualización de este paro no ha sido
directamente la desproporción salarial de los maestros, sino que por el
contrario ha sido la mala educación que se está prestando, enmarcada esta en la
pobre calidad de las aulas y los colegios. Falta de modernización tecnológica,
falta de un programa oportuno de alimentación, de docentes bien preparados o en
defecto programas de formación en especializaciones, maestrías y doctorados, en
este punto es importante recalcar que si bien los maestros exigen mayores
salarios es para poder pagarse sus estudios, ya que el gobierno no se interesa
en formarlos.
Por otra
parte, se quiere implementar una jornada única que esta des-contextualizada con
la realidad de los niños, muchos de estos asisten a las escuelas sin haber
comido la primera merienda del día, y aun así tendrían que aguantar quizás con
un pobre refrigerio y en mayor medida un pobre almuerzo. Además, está el hecho
que las aulas no cuentan con las garantías tecnológicas necesarias para brindar
una educación de calidad, al estar en un mundo tecnológico es de vital
importancia estar bien preparado para este, lo que en las escuelas no se está
dando bajo ningún aspecto. Así mismo, muchos docentes no entran en conciencia
de la necesidad de modernizar sus clases, mediante herramientas que sean
acordes al nuevo milenio, a las nuevas necesidades de los estudiantes, ya sea
si están en regiones de impacto o en poblaciones bien preparadas como ciudades.
Por otra
parte, la posición del gobierno ha sido una sola, NO HAY PLATA, lo que ha
generado bastantes reacciones por parte de las personas sobre si en verdad a la
educación se le están destinando los fondos suficientes o no, es decir, se ha
generado un interés colectivo, con lupa en mano, multidireccional y
consensuado, sobre la importancia de desviar dineros de otras fuentes para
inyectarlos a la educación.
Además, de
haberse puesto a la educación en un estandarte de prioridades, se ha dado
inicio a un nuevo espacio para debatir sobre el rumbo de nuestro país, en la
igualdad entre los sectores que están como primeros respondientes de la
educación. Me explico, se ha puesto en escena más de un actor de la educación,
ya que esta no recae únicamente sobre el gobierno o las escuelas, sino que en primera
instancia pertenece a la familia, pero, acá sale otra interrogante y es el
hecho de que los padres y madres de estos niños tampoco están bien preparados,
entonces ¿es necesario educar únicamente a los niños o también a las demás
edades de la población? Al parecer la pregunta se responde por si sola, y es
que como dice esta, es necesario educar a todos por igual, es necesario la
creación de programas que se fundamenten en un crecimiento en conjunto, donde
no únicamente se intervenga a los niños sino también a sus padres, puesto que
es de fundamental importancia cultivar zonas de desarrollo próximo en todo
momento, y no únicamente cuando se va a estudiar en un centro educativo.
Para
concluir, el paro de maestros nos ha dejado entrever que nuestra sociedad sigue
reproduciendo un modelo obsoleto, que no atiende las necesidades de los niños
de este milenio, ya que aquellos factores que garantizan una educación digna no
están presentes, como lo es salas de tecnología bien adecuadas, mejores y más
preparados maestros, programas de intervención por fuera del aula y sobre todo,
una educación que sea preparatoria para un futuro de emprendimiento, y no de
reproducción de mano de obra.
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